Razones para la eficiencia en sanidad. Hay que trabajar mejor no trabajar más

TRABAJEMOS MEJOR, NO TRABAJEMOS MAS 

ES EL MOMENTO PARA APLICAR LEAN EN EL ENTORNO SANITARIO

Cuando todo el sistema se pone a funcionar de forma coordinada y estructurada, hemos visto que se pueden alcanzar resultados increibles. Eso sí, con un coste y sobreesfuerzo personal y de recursos elevado.

Cuando en algunas prestaciones de la cartera de servicios se está "volviendo a la normalidad" ¿sería posible mantener un alto grado de eficiencia? lo que implica a unos costes de prestación adecuados y con profesionales que puedan mantener un adecuado ritmo de trabajo.

Image

¿Qué implicaciones tiene aplicar Lean Healthcare? Si aplicamos el término Lean a la actividad asistencial, permitiría disponer de un sistema asistencial sin despilfarro que nos permita dar respuesta de manera ágil a las demandas del entorno trabajando mejor, no más.

 Ya las comentamos hace tiempo pero tenemos que tener presente ¿POR QUÉ DEBEMOS CAMBIAR?

¿Por qué debemos cambiar? Las razones para emplear las técnicas, herramientas y metodologías asociadas al Sistema de Producción de Toyota en nuestro entorno sanitario responden a tres causas:

a) Los pacientes se merecen lo mejor. Hoy en día hay servicios asistenciales que tienen muchas oportunidades para eliminar ineficiencias soportadas por pacientes, aseguradoras o el sistema sanitario. Ofrecer un servicio eficiente, que fluya sin interrupciones, libre de defectos y que no genere irritaciones genera satisfacción de manera directa y es la mejor manera de mejorar la calidad asistencial. Adicionalmente, los retrasos en la atención sanitaria generan peores niveles de atención.

Una estancia hospitalaria innecesariamente larga o un tiempo extra en espera de una prueba diagnóstica tienen correlación directa con la posibilidad de coger una infección o sufrir cualquier otro tipo de error.

b) Los profesionales sanitarios se merecen lo mejor. Hay una correlación directa entre la satisfacción de los empleados con su resultado. Los profesionales sanitarios que trabajan en entornos no optimizados (con altos porcentajes de actividades si valor añadido) se frustran, se estresan y se enfadan cuando son conscientes de que el sistema no funciona y –sobre todo- que no se hace nada por arreglarlo. Los profesionales satisfechos generan niveles de satisfacción de pacientes más elevados que los insatisfechos.

c) El sistema sanitario se merece lo mejor. El coste de la sanidad pública supone un peso cada vez mayor del PIB y se está empezando a cuestionar su sostenibilidad a medio plazo. No podemos seguir así y la única manera de proveer mejores servicios a mejores costes es mejorando la eficiencia interna de nuestros procesos de prestación de servicio.

Es el momento de pensar y aprender como debemos realizar nuestro trabajo para evitar volver a una normalidad ineficiente.